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Entrevista José María Lousao, Presidente de la Cámara de Empresas de Software y Servicios Informáticos (CESSI)

Carlos Mira, Javier Porretti, Juan José D´alessandro 

MP900448696
CM: ¿Cuál es la situación actual Argentina?

JL: En Argentina la situación actual es muy prometedora y sobre todo estamos trabajando fuertemente en la generación de nuevos perfiles en educación pública lo que impulsará seguramente la movilidad social y en consecuencia un mayor volumen de escala. 

CM: ¿Es importante el nivel de exportaciones de software de nuestro país?

JL: Actualmente se exportan 900 millones de dólares, en el 2003 se exportaban 180 millones.

JP: ¿Cómo impactan en el mercado local esos 900 millones de dólares en comparación a otras industrias?

JL: Los 900 millones que ingresan por software significan 70.000 puestos de trabajo, en otros productos considerados comodities entiendo que deben ser mucho menos.

JD: Eso es el valor agregado...

JL: Hoy estuve en el Ministerio de la Industria, allí veíamos cómo en 2003 el sector contaba con 20.000 empleados y hoy pasó a tener 70.000, sólo hablando de empresas de software, sin contar a los empleados de software que tiene cada transversal productivo que tiene su propia área. Ellos encontraban una inconsistencia entre la cantidad de egresados y el valor inicial de empleados. No habían tenido en cuenta que lo peor que le había pasado al país es que había 20.000 profesionales de sistemas trabajando en el exterior. Reposicionar a la industria significa repatriar a estos profesionales. Antes en lugar de exportar talento, exportábamos talentosos, o lo expulsábamos, que es peor.

JD: Con un costo para el país enorme, ya que los había capacitado durante años. Hasta hace algunos años era muy común ver en los viajes de los viernes a la noche desde Chile, Colombia o Perú, a trabajadores argentinos que volvían luego de haber trabajado toda la semana fuera del país.

JP: ¿Qué estamos haciendo hoy para que vuelvan estos profesionales?

JL: Actualmente contamos con un programa que se llama Raíces, del Ministerio de Ciencia y Tecnología, que trabaja precisamente para atraer a estos profesionales radicados en el exterior. Al momento volvieron 970 aproximadamente y han sido tomados por algunas de nuestras empresas. Una de las cosas que impacta en los profesionales es lo que puede dar el sector, que es no sólo un rédito económico, sino la trascendencia con respecto a lo que es la inclusión para la mejora de la competitividad sistémica de la economía. En las reuniones de la Cámara vemos que hay una generación de emprendedores y empresarios de entre 35 y 40 años que tienen una fuerza increíble y ninguno es nerd como se piensa usualmente, escuchan rock y no conocen la corbata. Yo siempre menciono un ejemplo: cuando yo estudiaba, las enciclopedias valían una fortuna, luego apareció el Encarta que era más accesible, ¡hoy tenés Wikipedia gratis! Mirá si el sowtware no distribuye riqueza. Por todo esto, convoqué a una comisión por la Inclusión pensando que no iba a asistir mucha gente, pero vinieron un montón de personas. El origen tuvo que ver con una anécdota que comentó el secretario general de Asdra, la Asociación Síndrome de Down de la República Argentina. Él comentó que llegó un día a su casa y vio a su hijo, con síndrome de down, viendo una película. Sorprendido preguntó quién la había puesto y entonces descubrió que su hijo lo había hecho. Investigando, se llegó a la conclusión de que el problema es el mouse, pero que esto no ocurre con las pantallas táctiles. De la comisión entonces surgió la idea de desarrollar aplicaciones abiertas con estas características. Se desarrollaron 7, que ya están en los colegios y fueron promocionadas en Uruguay y en la Unión Europea, y que se pueden bajar libremente. El trabajo fue hecho por 3 personas de manera gratuita. Ellos mismos comentan que la gratificación de poder lograr estos avances es enorme. Esto cambia el concepto que se tiene normalmente del empresario. Cuando se hace algo trascendente, lo económico pasa a un segundo plano.

JP: En tecnología, ¿en qué somos buenos los argentinos?

JL: Como focal point argentino ante Unión Europea para lo que es el 7° Programa Marco de I+D y que ahora se llama Horizonte 2020, tuve la oportunidad de estudiar esto a nivel global. En los países centrales, los recursos informáticos son bastante estáticos, tienen un manual que dice desde donde empiezan sus tareas hasta donde terminan. Nosotros, que venimos de varias crisis y aprendimos a lograr subsistir, pagar los sueldos y luego salir al exterior, contamos con recursos que saben resolver los problemas de una manera muy creativa. El nivel de creatividad en Argentina supera la media de cualquier país del mundo. La capacidad de resolución acorta los tiempos necesarios para hacerlo. Es por eso que hoy en día contamos con un 20% de talentos que ya no trabajan desde la oficina sino desde sus casas y por objetivos.

JD: Me gustaría que nos cuentes cuál es la expectativa para el 2013 y si fuera posible la proyección, para el 2020 también.

JL: Para el 2013, la expectativa de crecimiento por segunda vez va a crecer a un dígito en lugar de a dos, estaremos entre un 7 u 8% tal como pasó en 2009. Para el 2020, pensamos que vamos a tener un mercado en donde las empresas del sector van a pasar a tener de 70.0000 empleados a 150. 000, y en el cual se va a triplicar la facturación y se van a cuadruplicar las exportaciones. En el mundo también se vislumbra un importante crecimiento en estos puestos de trabajo. Eso va a hacer necesaria la generación de nuevos profesionales. En Estados Unidos están promocionando un video con la participación de Bill Gates para fomentar el estudio de estas carreras. En ese país se prevé que en tres años van a faltar 1.000.000 de puestos de trabajo. La UE tiene un problema similar. Entonces, si trabajamos adecuadamente en la formación de recursos, vamos a tener un mercado que nos va a permitir crecer en estas cifras. En Argentina, si bien es una industria con pleno empleo, se trabajó en la descentralización de las universidades que ayudó a que se inscribieran más alumnos. Por ejemplo La Matanza cuenta con 7.500 alumnos de carreras informáticas y afines. Esos chicos difícilmente hubiesen venido a la Universidad de Ingeniería de Capital Federal. La universidad Jauretche de Florencio Varela, ya tiene 450 alumnos. Bajo esta iniciativa empiezan a estudiar personas que no lo hubieran hecho antes, y muchos de ellos siendo los primeros estudiantes universitarios de la familia. Por otro lado, el nivel de compromiso con los que encaran cada tarea hace que tengan poca rotación, algo poco común en la industria. También están cambiando las formas de enseñanza. Yo soy un admirador de la manera de enseñanza que tiene la Ort, que cambió la ubicación del profesor al centro del aula, siguiendo la línea del conocimiento compartido, porque hoy el conocimiento está tanto en el que da clase como en el que la recibe.

JP: Y el rol del profesor es muy importante ya que tiene que actualizar sus conocimientos constantemente, algo que no ocurre en otras carreras.

CM: Hasta cuándo tenés mandato?

JL: Hasta octubre de este año.

CM: ¿Y cuáles son tus objetivos?

JL: En 2004 se aprobó una ley de Promoción de la Industria (ley 25.922), ahora hay una prórroga de ese régimen, que vencía en el 2014, hasta el 2019. Esta ley se logró y fue aprobada por unanimidad, estamos esperando que se reglamente. El segundo logro para mí sería superar los 1000 millones de dólares en las exportaciones.

CM: Te agradezco por la presencia, ha sido un honor.

JL: Me gustaría cerrar con este concepto: pensemos que estamos en un país de 40 millones de personas y que cuanto mayor incluyamos más vamos a crecer.