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Programa del 28/11/2013 – Carlos Mira, Javier Porretti y Sergio Surijón.
CM: Contanos un poco acerca de la Fundación.
SC: La Fundación Sadosky, cuyo nombre proviene de Manuel Sadosky, un importante visionario y promotor de la computación en nuestro país, se encuentra en funcionamiento desde 2011. Es una institución que trata de acercar el mundo de la investigación al de la producción. Fue cread
a por el Ministerio de Ciencia Tecnología e Innovación Productiva junto a las dos principales cámaras de un sector muy pujante que es el sector TIC: CESSI y CICOMRA.
CM: ¿Es común la existencia de estas fundaciones en el mundo?
SC: Es una experiencia bastante original, es común que se trabaje en juntar a la investigación y la producción ya que es una de las cosas que permite que los países desarrollados puedan lograr los estándares de vida que logran. Bernardo Houssay decía que no es que los países invierten en ciencia porque son ricos, sino que son ricos porque invierten en ciencia.
Ahora bien, la inversión en Ciencia es importante, pero también lo es posibilitar que esos avances científicos redunden en beneficios para toda la sociedad. Pueden llegar a través del propio Estado o a través de las empresas que transforman esos avances en productos o servicios mejorados que vuelven a la sociedad y generan riqueza.
La experiencia nuestra de hacerlo a través de una fundación que combina unos y otros, es bastante original, pero no es la única.
CM: ¿Hay un entendimiento mutuo de estos dos mundos?
SC: Existen algunas barreras y prejuicios. Desde el mundo de la producción se ve a los investigadores como profesionales a los que lo único que les interesa es escribir sus papers. Y desde la investigación se entiende la actividad productiva de una manera sumamente comercial.
Más allá de estas visiones que parecerían opuestas, entendemos que resultan sumamente complementarias.
CM: ¿Podés compartir algún caso de éxito?
SC: La Fundación es todavía incipiente como para poder atribuirse un caso, pero te puedo mencionar un caso interesante en el que estamos trabajando. Estamos haciendo una apuesta junto a un grupo de jóvenes investigadores de La Plata, para desarrollar una tecnología de súper cómputo con procesadores configurables en FPGA. Para simplificar, son computadoras que hacen muy rápido una cosa específica, a diferencia de las computadoras comunes que son muy buenas para hacer muchas cosas distintas. Esto hace que sean mucho más eficientes. Esta apuesta la estamos haciendo desde el financiamiento y la dedicación y esperamos que sus resultados hagan la diferencia y logren posicionar a nuestro país en un lugar interesante en la temática.
CM: ¿Cómo se financia la Fundación?
SC: La Fundación está financiada por el Ministerio de Ciencia y Tecnología. Esto tiene que ver con que a nivel mundial es el Estado es que tiene que hacer girar esta rueda. La gente tiene la creencia de que en países como USA son las empresas las que producen todo, pero si se hila fino en cada uno de los casos, como por ejemplo Internet y otras tecnologías que revolucionaron al mundo, se ve cómo la mayoría nació por una inversión fuerte del Estado en investigación básica y aplicada.
Creo que está bien que el Estado apoye esta iniciativa y promueva que la investigación le vuelva a la sociedad porque parte de esa investigación es financiada con nuestros impuestos.
Para el futuro apostamos a que en la medida en que se vayan viendo los logros de la Fundación, el sector privado se involucre y también brinde apoyo económico. Hoy lo realizan desde su participación en el consejo de administración, acercándonos proyectos. Estamos muy contentos con el aporte de las cámaras y esperamos que a futuro pueda extenderse.
JP: Contanos algún ejemplo práctico de actividades que realicen en la Fundación.
SC: Hoy por ejemplo hicimos una mesa redonda alrededor del tema del reconocimiento del habla y procesamiento del lenguaje natural. El primero refiere a que la computadora interprete la voz y lo transforme en un texto; la segunda, que la computadora tome el texto e interprete qué quiere decir semánticamente. Hay un grupo en exactas de la UBA y otro del hospital de Clínicas, que realiza investigaciones sobre aspectos sensoriales. Nuestro objetivo es conectarlos con un grupo de empresas que están buscando este tipo de proyectos.
JP: ¿Qué pasaría si no existiera la Fundación? Se me ocurre que las empresas deberían tener que desarrollar internamente un equipo de investigación, y así jugar con la competencia a ver quién llega primero.
SC: Existiendo Sadosky, las empresas se enteran de que pueden contar con estas investigaciones ya realizadas. Si lo hicieran por sus propios medios podría llevarles mucho tiempo, arrojar errores, o terminar arrojándolos a una compra en el exterior, lo cual sería más caro y desde ya no aportaría al país. En este sentido, la Fundación opera como un promotor del desarrollo del país. En un tema como el reconocimiento de voz, entendemos que el valor agregado es que lo hace en “argentino” que es muy distinto al inglés o neutro. Si bien nuestro objetivo es que se cierren proyectos, también buscamos promover y hacer conocer que existen estos grupos de investigación y que los investigadores entiendan que puede haber proyectos concretos para sus investigaciones.
Sumado a esto, si bien el objetivo principal de la Fundación es la vinculación, existen otros programas que tienen que ver con la iniciativa de despertar la vocación y aumentar la cantidad de recursos humanos en el sector. La cámara de Software acaba de estimar que este año le quedan cinco mil puestos de trabajo sin cubrir porque no se encontraron las personas. La cantidad de estudiantes a pesar de que la incidencia de las tecnologías es cada vez mayor, disminuyó en los últimos diez años. Se trata de un fenómeno global. En EEUU, por ejemplo ellos estiman que en 2020 van a crear 1.400.000 puestos de trabajo, pero que sólo estará cubiertos 400.000 si se mantiene la tasa de graduación actual.
CM: ¡Los 400.000 se van a llenar de oro!
SC:¡Creo que les va a ir bastante bien!
CM: ¿En Argentina también es atractiva la posición?
SC: La disputa de perfiles hace que las empresas se esfuercen por ofrecer mejores condiciones salariales y estructurales, con lindas oficinas y en muchos casos con la posibilidad de trabajo desde la casa, entre otros beneficios.
CM: ¡Atentos los chicos que nos están escuchando!
CM ¿Qué universidad es recomendada?
SC: Me compromete un poco la pregunta (ríe). Podría decir que conozco muy bien Exactas de la UBA, también la UTN y de las privadas, el ITBA, pero existen hoy muchas universidades muy buenas en donde se pueden estudiar estas carreras.
SS ¿Qué creés que pueden hacer las empresas para apoyar al sector educativo?
SC: Las empresas pueden hacer mucho. Un tema a destacar es la gran tasa de deserción que existe entre los estudiantes de estas carreras, se anotan alrededor de 20.000 estudiantes por año y se reciben sólo 3.600, menos del 20%. Las empresas tienen que ver si bien no directamente ya que cuando no consiguen perfiles profesionales, contratan estudiantes. Los chicos se insertan en el mercado laboral, les va bien, viajan, tienen buenos sueldos y no ven la necesidad de seguir estudiando.
Es un grave error dejar la carrera, si bien existen casos paradigmáticos como los de Gates, Jobs o Zuckerberg, no se trata de una representación de la realidad. Nadie sabe qué puede pasar en 20 años y la profes.
CM: Hay carreras en las que no se puede trabajar, ¿eso ocurre con estas carreras?
SC: En algunas ingenierías puede ser. En Computación lo que ocurre es que alargan las carreras, pero siempre es mejor que el abandono definitivamente.
SS: Hoy también existen carreras más cortas, de dos a 3 años que permiten una salida laboral rápida.
SC: Como parte del programa vocacional, estamos gestionando un proyecto que se llama “Dale Aceptar” (http://www.daleaceptar.gob.ar/), es un desafío sobre animaciones y videojuegos para chicos del secundario, que los acerca al mundo de la programación.
La percepción que tienen los chicos que tienen su primera impresión cuando cursan Informática y le enseñan a agrandar textos, usar el Excel etc. se encuentra un poco limitada y puede verse como algo un poco aburrido. Esto cambia cuando conocen las capacidades de creatividad que tiene la ciencia, cuando pueden crear un videojuego o una animación por ejemplo.
Por otro lado, hay un campo de estudio que analiza el pensamiento computacional desde el aporte que hace al desarrollo de habilidades cognitivas como la resolución de problemas, la capacidad de abstracción, la capacidad de establecer diferentes pasos para resolver un problema, y de generalizar. Así se entiende como algo parecido a la matemática que permite aprender habilidades útiles para la vida en general, pero además desarrolla otro tipo de aptitudes.
SC: El desafío del programa “Dale Aceptar” por ejemplo ¿es algo que puede hacerse sin mucha teoría?
SC: Son mucho más accesibles de lo que parecen. No tratamos con esto de reemplazar la educación formal sino de acercar la experiencia. Hay un fenómeno muy interesante en todos los que estudiaron Sistemas, ocurre que todos estuvieron expuestos a la computación antes de estudiar sus carreras. Esto no sucede con otras profesiones. Por eso buscamos acercarlo.
CM: ¿Cuántas personas trabajan en la Fundación?
SC: Somos alrededor de 20 personas. No necesitamos una estructura muy grande porque no somos ejecutores, sino que conectamos a los dos mundos. El equipo de Vocaciones en TIC es uno de los más grandes, tiene 5 personas, porque ahí damos cursos, desarrollamos material para los chicos, etc.
Lo cierto es que ya tenemos más de dos años en funcionamiento y una importante área de oportunidad tanto a nivel local como regional.
CM: Agradezco tu visita, ha sido un honor.
SC: Gracias a ustedes por la difusión ya que constituye un elemento importante en nuestra tarea diaria de cumplir con nuestro objetivo.