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Una plataforma digital es un grupo de tecnologías que se utilizan como base sobre la cual se desarrollan otras aplicaciones, procesos o tecnologías. Según un estudio realizado por Gartner existen más de sesenta tipos diferentes de plataformas, y es que ¿qué se entiende actualmente por plataforma digital?
Hoy en día parece más rentable construir plataformas que desarrollar productos o pensar en modelos de negocio. Las empresas que han vivido un crecimiento más rápido y a las cuales se les considera más disruptivas como, por ejemplo, Google, Amazon, Uber, AirBnb y eBay, no se centran en vender productos, sino en crear plataformas. Y es que, esta corriente va más allá del sector tecnológico, empresas como Walmart, Nike, John Deere y GE también están construyendo plataformas para sus industrias.
Según Gartner, todas las empresas quieren ser una plataforma, es por ello que el término se ha expandido mucho más allá del concepto tradicional de infraestructura de hardware y software utilizado para construir y ejecutar una aplicación. Cada vendedor que se precie quiere llamar a su producto «plataforma» para llamar la atención de los mercados financieros y de capital de riesgo.
A medida que las empresas avanzan hacia un desarrollo más ágil, ven el poder de tratar sus aplicaciones o dispositivos como productos (plataformas). Y es que las empresas se dan cuenta rápidamente, de que ellos, como clientes, dependen de otras plataformas de software que los ayudan a funcionar. Una plataforma es un tipo de producto que se utiliza para construir otros productos, además de proporcionar los servicios que esos productos necesitan. Como, por ejemplo:
Para Gartner, el modelo de implementación es la plataforma de tecnología empresarial. La firma analista ha definido este modelo como «fidget spinner». De él se pueden definir cinco tipos diferentes de plataformas de tecnología digital:
Cuando un cliente empresarial quiere construir una plataforma digital, no se puede centrar solo en la parte de la plataforma, ya que esta se encuentra formada por aplicaciones, sistemas e incluso otras plataformas.
Las capacidades de las plataformas ya existentes y de las nuevas, deben integrarse y orquestarse para implementar un escenario digital productivo. Por lo tanto, el punto de partida de cada empresa en el negocio digital es el resultado de cientos de decisiones de TI realizadas en las últimas décadas y, por lo tanto, cada plataforma de tecnología empresarial digital será diferente entre sí.
Para una plataforma digital, la identidad del cliente suele ser sencilla. Se trata de un tipo de usuario con un rol bien definido, ya que, si se integran demasiados roles y tareas en la definición del cliente, el resultado puede ser un software inmanejable, poco intuitivo e inservible. Por ello se necesita un enfoque claro al definir productos y clientes.
Muchas empresas han decidido adoptar este modelo para plataformas. En este tipo de producto, suele haber una capa intermedia que envuelve al producto y que provee a los clientes de una API solida y con la funcionalidad que estos desean. De este modo, mientras la plataforma-producto (back-end) se preocupa de crear una lógica funcional, la plataforma-cliente es quien deben reunir los servicios API que se necesitan, priorizarlos y entregarlos.
Al mantener los equipos enfocados en sus clientes, la necesidad de una extensa administración de proyectos de manera lineal (de arriba abajo) se reduce enormemente. Y es que, todavía se requiere cierta coordinación. Los encargados de las plataformas-cliente deben ayudar a facilitar la comunicación y agilizar la carga de trabajo, solucionando los atrasos y priorizando las tareas.