Por Sergio Surijon, Global Delivery Manager Softtek
Autos voladores, robots y teletransportación son varias de las cosas que creíamos que sucederían en el siglo XXI. Algunas son realidad, otras no.
Lo que está sucediendo y nunca apareció en los libros de ciencia ficción, es cómo afrontar el cambio, incluyendo la forma de trabajar.
Hoy, una de las mayores innovaciones es la forma de gestionar equipos. El dinamismo en los negocios hizo que cambiáramos la manera de interactuar, entre nosotros y como equipo de trabajo, para mejorar los resultados.
La diligencia de los negocios, la velocidad de la información y la necesidad de no quedar obsoletos, nos obliga a encontrar nuevas formas de trabajar y ejecutar proyectos que se adapten a esta realidad. Lo que necesitan los equipos de trabajo de hoy, en una palabra, es
agilidad.
Muchos expertos han avanzado en nuevas estrategias dentro de las empresas, generado técnicas y procesos, dando origen a lo que se denomina
"Metodologías Ágiles".
Estas son un conjunto de formas de trabajo y disciplinas que se orientan a una ejecución más dinámica, buscando principalmente propiciar la adaptación al cambio y la generación de resultados positivos.
El enfoque posibilita una mayor productividad y para lograrlo se invierte mucho en el cambio de la cultura que establece nuestro trabajo.
Tradicionalmente estuvimos regidos por jerarquías para pasar hoy a una dinámica más colaborativa.
Estas disciplinas nos ubican en una posición de aprendizaje continuo a partir de la tolerancia al error, la capacidad de capitalizarlo cuando ocurre, y así generar mejores prácticas (concepto similar al de una vacuna, donde el cuerpo al conocer el virus logra generar los anticuerpos necesarios).
Otro aspecto novedoso es que las metodologías agiles se basan en las personas y sus interacciones. Cada miembro del equipo toma el rol que más conveniente resulte, más allá de su posición en la empresa.
La clave entonces es adaptarse a los cambios exógenos, en lugar de seguir una planificación estricta que no nos llevará al éxito esperado, justamente por los inciertos cambio de contexto.
Como dice un alto ex directivo de una importante cervecera: “el plan no es nada, la planificación constante es todo”. Tener esto en mente permite direccionar continuamente el proyecto hacia la mejor opción posible. Siempre buscando el mejor resultado, de acuerdo al esfuerzo planteado.
Algunas de las formas de trabajo ágil más conocidas son LEAN (base del Just in time implementado por Toyota), TDD, SCRUM, ACP y Extreme programming (muy utilizadas en ambientes de IT).
La mayoría de las experiencias están en el ámbito de IT y desarrollo de software, sin embargo hay grandes avances en otras industrias o sectores.
Por ejemplo: la construcción, la manufactura y el marketing son actividades que enmarcan proyectos con cambios constantes, en los que la aplicación de metodologías ágiles como Scrum o LEAN ha brindado importantes mejoras en sus resultados.
Si te interesa conocer más, te invito a que descargues este ebook escrito por
Alex Camino, CMO Softtek, "Embracing Enterprise Agility", que describe cómo el software conducirá a que las organizaciones alcancen la agilidad desde su ADN.
Hace 100 años no existía el sufragio universal en Argentina, hace 50 años no habíamos llegado a la luna, hace 10 años no existía el Iphone, hace 5 años no existía Instagram, hace 10 minutos no existía este artículo. ¿Seguiremos trabajando como siempre, o es hora de cambiar?
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