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Crowdtesting, una tendencia potenciada por la COVID-19

La evolución de las nuevas tecnologías ha facilitado el desarrollo de la economía colaborativa, y a su vez, el surgimiento de un nuevo concepto: el Crowdsourcing. La idea general cuando se utiliza la raíz inglesa “crowd” es presentar un concepto en el que participan un grupo elevado de personas. En este caso concreto, el Crowdsourcing se refiere a que las funciones que usualmente realizaba una empresa internamente, ahora se externalizan, dejándolas en manos de un grupo grande de personas.

En los últimos años se ha visto el creciente interés en conceptos como el Crowdfunding, el Crowdlending, etc. Y ahora, a estos conceptos, se les está uniendo uno nuevo: el Crowdtesting.

¿Qué es el Crowdtesting?

El Crowdtesting no es más que dejar que los test de evaluación de software sean llevados a cabo por personas externas al proyecto, y cuanto mayor cantidad de personas los lleven a cabo, mejor.

El Crowdtesting se realiza en aplicaciones móviles, en páginas web, en programas, etc. en general en cualquier software al que puedan tener acceso los usuarios desde sus dispositivos, ya que son los propios usuarios, con sus medios físicos los que se encargan de valorar si el software analizado contiene errores, problemas de usabilidad o alguna vulnerabilidad que le haga débil.

Cuando se piensa en el Crowdtesting como método de evaluación, se hace pensando en que el grupo evaluador sea lo más grande posible, para contar con mayor visión crítica y encontrar todos los posibles errores. En definitiva, contar con la inteligencia de grupo.

¿Cómo funciona el Crowtesting?

La forma de llevar a cabo el Crowdtesting va asociada a quiénes serán los usuarios que llevarán a cabo el testeo.

Usualmente, las compañías que quieren realizar esta técnica crean un entorno para que los usuarios elegidos puedan tener acceso al producto, y a su vez puedan tener contacto con los responsables para transmitir dudas y resultados.

La elección de los usuarios va relacionada con las necesidades del proyecto, por ejemplo: un perfil profesional concreto, unas características sociales especiales o unos conocimientos informáticos determinados. Normalmente, se cuenta ya con una base previa de usuarios que ya han realizado tests con anterioridad y se sabe de su buen quehacer.

Una vez se tienen elegidos los usuarios tipo con los que llevar a cabo los tests, se explicitan los puntos esenciales a evaluar. Habrá ocasiones en los que esos puntos sean muy concretos, y otras veces en los que sean muy generalistas, e incluso no existan, y simplemente se deje probar el software, sin indicación alguna.

Con los usuarios elegidos y los puntos clave a evaluar, se llevan a cabo el test, y se reflejan en un informe los pormenores encontrados, para que los desarrolladores puedan modificar todo aquello que sea necesario.

¿Qué beneficios aporta el Crowdtesting?

La principal ventaja que se puede obtener al apostar por el Crowdtesting es que se maximizan las oportunidades de encontrar fallos y errores en los productos al contar con una gran base de testeadores, que, a su vez, si están especializados en el propio testeo, serán capaces de encontrar más fallos que si el testeo lo realizaran los propios desarrolladores.

Un beneficio que va de la mano del anterior es que con la amplia base de testeadores, se amplían los dispositivos y navegadores donde se realizan los tests, haciendo así más eficiente la prueba multiplataforma. Y además, si están más al pie de la calle, las pruebas son más reales, alejadas de un entorno controlado como es el entorno de la propia compañía.

Otro beneficio claro es el ahorro económico que supone, o, mejor dicho, a la mejora en la eficiencia de los costes, ya que la forma de pagar estas pruebas va asociada a los errores encontrados, y en muchas ocasiones a los errores únicos que cada testeador es capaz de encontrar. Por lo tanto, el coste del test va asociado a la calidad del test. Y a la vez, permite, en caso de ser necesario, aumentar de forma escalada la cantidad de testeadores en poco espacio de tiempo.

Además, el Crowdtesting permite llevar a cabo pruebas tan amplias que se pueden abordar evaluaciones de elementos que en otros casos quedarían fuera cualquier evaluación posible. Un caso de esto puede ser la usabilidad, que, aunque no quedaría fuera en ningún caso, sí que quedaría en un segundo plano, y de esta manera gana peso, al ampliar la base de testeadores. Otro caso es el de las pruebas locales, con una gran base de testeadores, las pruebas pueden extenderse por todo el mundo, y obtener resultados desde diferentes puntos geográficos, con sus características y connotaciones propias.

La velocidad de detección de errores es otro beneficio que se obtiene al aplicar el Crowdtesting: cuanto mayor es la base de testeadores, más rápido se detectan los problemas. Existen estudios que hablan de que, en muchas ocasiones, el Crowdtesting puede descubrir cientos de problemas en menos de dos días, siempre que se haya pasado un control, interno previo. Esto va asociado a que, la diversidad de testeadores hace que el camino seguido para evaluar sea muy diverso, y por lo tanto se exploren múltiples caminos en menor tiempo.

Poniendo cifras a los beneficios que se obtienen con el Crowdtesting, desde el equipo de desarrollo se puede incrementar un 200% la capacidad de realizar tests, se puede incrementar un 150% los lanzamientos por año, y se reducen en un 50% las correcciones críticas necesarias. Mientras que, desde el lado de negocio, se aceleran en un 30% los ingresos planificados, aumenta en un 10% la retención de clientes, y aumenta un 10% la tasa de conversión de clientes.

Crowdtesting, una tendencia potenciada por la COVID-19

¿Qué desventajas tiene el Crowdtesting?

El principal inconveniente que tiene el Crowdtesting es el hecho de encontrar esa base que haga que el testing sea correcto y eficaz.

Además, esta base suele estar menos preparada que los testeadores especializados y que los internos, por lo que puede darse el caso de que la evaluación sea demasiado superficial, o que, al estar menos familiarizados con el software, gasten demasiado tiempo en aprender cómo funciona y encuentren menos errores.

En relación con esto, las preguntas que se realizan a los testeadores deben ser claras y concisas, especialmente en el caso de usabilidad, porque de lo contrario, se corre el riesgo de que la evaluación llevada a cabo pueda ser demasiado ligera.

Otro problema asociado con el Crowdtesting viene con la propia idiosincrasia del proceso, en el que el testeador cobra de acuerdo al test realizado, y cuanto más únicos son los errores reportados, mayor será el pago recibido. Esto puede derivar en desmotivación y falta de compromiso según avanza el proceso. Si se aplica el principio de Pareto, el 80% del tiempo servirá para descubrir el 20% de errores, por lo tanto, para descubrir más errores, hace falta una cantidad de tiempo muy importante, con el riesgo cansancio y abandono que eso conlleva.

Un riesgo que también se corre con el Crowdtesting es que exista una alta rotación en el equipo de testeadores, impidiendo así alcanzar una mayor profundidad en los resultados. Y relacionado con el principio de Pareto que se citaba, nunca se alcance una gran profundidad en los errores encontrados.

Finalmente, una desventaja clara es la pérdida de confidencialidad: cuanta más gente conoce un producto antes de salir, mayor es el riesgo de que se filtre su existencia, y lo que es peor, que se filtre alguna funcionalidad innovadora.

El Crowdtesting en el contexto de la COVID-19

La llegada de COVID-19 ha cambiado la realidad de las empresas. La necesidad de implantar el teletrabajo, de acercar a los clientes los productos de forma remota… ha hecho que se apueste definitivamente por la transformación digital, que, aunque en muchos casos ya se encontraba en proyecto, en este año se ha acelerado para poder seguir trabajando y llegando a los clientes.

Esta aceleración ha devenido en más desarrollos y productos que lanzar, y por ende, que testear. Ante esta realidad, los equipos de testeo no pueden absorber todos los testeos necesarios, y es por eso que, este año, se ha visto un creciente interés por el Crowdtesting. Además, la necesidad de distanciamiento social, ha ayudado a apostar por esta forma de testeo.

Un claro ejemplo de esta realidad acelerada es el desarrollo de la aplicación de rastreo de la COVID-19 llevada a cabo por Israel. Ante la necesidad de desarrollar la aplicación en el menor tiempo posible, la empresa encargada de llevarla a cabo, apostó por realizar su testeo a través del Crowdtesting, permitiendo así que se realizaran pruebas en todo tipo de dispositivos, localizaciones y contextos.

Pero más allá de las necesidades explícitamente relacionadas con la COVID-19, hay otros ejemplos de uso: en el sector automovilístico, del comercio minorista, de viajes… Sectores todos ellos que se han visto impactados negativamente por la pandemia, y que, en cambio, han apostado por el desarrollo de soluciones y han hecho uso del Crowdtesting para acelerar los procesos.

Un nuevo empujón a las empresas de Crowdtesting

Parece claro que las empresas han necesitado un plus para poder sacar adelante sus necesidades innovadoras; y como se ha visto, este plus se ha apoyado, en cierta forma, en el Crowdtesting.

Es por esto que las empresas especializadas en proporcionar servicios de Crowdtesting se han visto beneficiadas. Han visto como crecía la demanda de sus servicios: se trataba de empresas con conocimiento de los procesos necesarios, con personal adecuado a las demandas de las compañías desarrolladoras

Conclusiones

La llegada de la COVID-19 ha acelerado y puesto en valor el Crowdtesting, una tendencia que hasta ahora había pasado más inadvertida. Antes de la COVID-19, las empresas ya confiaban en el Crowdtesting, pero la necesidad de desarrollar los productos de forma urgente, ha hecho que sean cada vez más las que apuesten por él.

Entre los beneficios, además de acelerar los procesos, se puede contar con la mejora en la eficiencia a la hora de encontrar errores y reportarlos: a mayor cantidad de testeadores, mayores posibilidades de hallar errores y subsanarlos. En cambio, entre las desventajas, podemos citar la necesidad de que hay que definir, previa y muy claramente, los elementos a evaluar y testear.

En definitiva, una tendencia que hasta ahora iba ganando adeptos poco a poco, y dependiendo del tipo de proyecto a testear, ha visto como la llegada de la COVID-19 le daba el empujón definitivo para pasar al mainstream y establecerse como un elemento más del proceso de desarrollo de productos de software.