Leonardo Gambino
Por Leonardo Gambino, Content Manager de Softtek
En el Espacio Softtek que la compañía tiene en Cadena Eco, desarrollamos la realidad de las Impresoras 3D.
Mariano Pedernera, editor de I3D, la primera revista de impresión 3D en español, fue nuestro invitado. Junto a el, repasamos el pasado, presente y futuro de esta tecnología.
La Impresión 3D viene a cambiar muchos aspectos de la vida cotidiana y de lo que conversamos con Mariano Pedernera, me surgió una idea que quisiera desglosar:
“Comprar una Impresora 3D es comprar una pequeña fábrica”
Muchos afirman que la Impresión 3D es la revolución que sucederá a la revolución industrial. Justamente, es en la industria dónde este tipo de reproducción volumétrica va a tener su mayor impulso.
Imprimir objetos en el hogar suena interesante. Sin embargo, la trascendencia que tendrán las Impresoras 3D domésticas no será tan relevante, si la comparamos con la transformación que significará la Impresión 3D a gran escala.
La compañía multinacional de servicios financieros y profesionales especializada en el sector inmobiliario, Jones Lang LaSalle, publicó una infografía que describe cómo las Impresoras 3D impactarán en los procesos de distribución y la logística. En base al informe, se pueden realizar algunas estimaciones sobre como será la producción y distribución de los productos.
La personalización reemplazará a la producción en masa. Atrás quedará la frase de Henry Ford: “El cliente puede comprar un coche del color que desee, siempre y cuando sea negro”.
La producción se personalizará en base a lo que exija la demanda. Su respectiva gestión le va a permitir a las compañías generar una oferta más precisa en función de los gustos de sus consumidores.
Las fábricas también cambiarán de tamaño. Se cree que serán más pequeñas y estarán más distribuidas por las distintas regiones, ya que se ubicarán próximas a los mercados para ahorrar costos de transporte.
Hoy, una compañía puede tener 8 plantas de producción alrededor del planeta y desde esas 8 plantas abastecer a cada una de las regiones. En contraposición a eso, la Impresión 3D plantea un modelo enfocado en la descentralización.
El almacenamiento también disminuirá costos porque la demanda será aún más protagonista en los cálculos de la cantidad a producir. Los productos se generarán estimando lo que el público pueda requerir. Además, los depósitos no estarán ocupados con productos elaborados, sino que tendrán las materias primas que proveen a las Impresoras 3D para su funcionamiento.
Entre la teoría y la práctica suelen haber diferencias. Simplemente me interesa pensar en las perspectivas que tenemos hoy sobre el potencial que esta tecnología le ofrece a las personas y a las compañías.
Pensar en cambios que se relacionan con la forma en la que se van a producir los bienes en un mediano plazo, abre un listado extenso de interrogantes. Uno de ellos, es cómo se van a distribuir.
